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Ahorrar en la compra de alimentos

Para comenzar a controlar el gasto debe revisarse cada uno de éstos y pensar cómo aprovechar mejor el dinero que tenemos.

En nuestra Guía de Administración del Hogar, proponemos que una de las herramientas sea planificar las comidas para una semana. Esto te ayudará a ahorrar dinero al comprar cantidades mayores de alimentos. Muchos productos son más económicos cuando compras en cantidad. También ahorrarás tiempo en la cocina si elaboras más de lo que necesitas para una comida y congelas el resto para otro menú. Al planificar las comidas, hay que tener en cuenta los grupos de alimentos e incluir como base de la alimentación las frutas y verduras acompañadas de cereales y carnes, complementando con otros hidratos de carbono.



También se aconseja considerar los gustos de la familia en las preparaciones y tener en cuenta alguna dieta especial, si corresponde. Se sugiere introducir un alimento nuevo en el menú familiar de forma gradual y en combinación con otro que ya sea muy aceptado. De esta forma, se consumirá sin desperdicios ni descartes. Por ejemplo, incluye por lo menos una vez por semana preparaciones con pescado para sumar más adelante este alimento con otras comidas.


Trata de sustituir los cereales refinados por los integrales. Su aporte nutritivo será mayor con un precio similar o levemente superior. Para conservar los nutrientes, trata de consumir los vegetales y las frutas crudas. Se aconseja cocinar durante períodos breves y cortar en trozos medianos las frutas y las verduras que necesiten cocción. En lo posible, cocinar los vegetales enteros y con cáscara.


Utiliza el agua de cocción de los vegetales para la preparación de sopas o guisos. Quedarán más sabrosos y estarás haciendo un uso responsable del agua. Elige los vegetales o frutas de estación y cómpralos en la feria o el mercado, tendrán menor precio y mejor calidad. Si dispones de tiempo y de espacio para congelar, una buena opción es adquirir vegetales o frutas de estación, cocinar y luego congelar en porciones para diferentes preparaciones. De esta forma, dispondrás de vegetales y frutas durante todo el año. El freezer es un electrodoméstico de gran utilidad que te ayudará a ahorrar no solo dinero, sino también tiempo en la cocina. Congela los alimentos en porciones para acelerar el tiempo en el descongelado. Así evitarás descongelar de más y desaprovechar alimentos. Recuerda siempre colocar etiquetas en los alimentos que congelas. Estas deberán indicar el contenido y la fecha de envasado para utilizar dentro de determinado período.


El tiempo de congelado de los alimentos varía de tres meses a un año. Puedes consultar diferentes tablas que indican la forma correcta de congelarlas (Manual de Cocina del Instituto Crandon). Recuerda consumir primero los alimentos que tienen más antigüedad, ya sea en productos congelados, refrigerados o los de la despensa. También controlar los alimentos vencidos o próximos a vencer. Es importante beber agua o jugos naturales para una mejor nutrición y para evitar un gasto innecesario en la compra de otro tipo de bebidas.


Reserva la adquisición de productos semipreparados o preparados para ocasiones especiales. En muchos casos, su costo es más elevado y la calidad nutritiva es inferior a los elaborados en casa. El aprovechamiento de sobrantes y restos de alimentos es también una forma de ahorrar dinero. Aún una pequeña cantidad de vegetales picados, fiambres, quesos o un huevo batido te podrán servir para la preparación de una tarta, croquetas o empanadas. Los budines y omelettes son otra opción para aprovechar sobrantes. Al prender el horno, se obtiene un mayor rendimiento con la cocción de varias preparaciones. De esta forma, ahorrarás energía. Si cocinas con gas o supergás, gradúa la intensidad de la llama para que no sobresalga por los costados de la olla. Estarás economizando combustible, además de cuidar que el utensilio no se queme.


Realiza las compras cuando dispongas del tiempo suficiente para hacerlas sin apuro y evita las horas de mayor concurrencia. Esto te ayudará a comparar precios y poder elegir la mejor calidad. Lleva una lista con lo que necesitas comprar. De esta forma, será más fácil limitarte a lo que realmente necesitas y también evitarás olvidos. Trata de ir anotando los diferentes productos que necesitas comprar cuando te quede poca cantidad. De esta forma, evitarás la falta de alguno de ellos.


Al hacer las compras semanales o ir a la feria, considera disponer de tiempo para acondicionar al regresar. Y, si es posible, lavar y cocinar los alimentos. De esta forma, ahorrarás tiempo el día que vayas a cocinar, puesto que parte de la tarea estará lista. Evita realizar las compras con apetito. Comprarás más de lo que realmente necesitas. Concurre al supermercado una vez a la semana y así realizarás menos compras innecesarias. Cuantas más veces vayas, comprarás más de lo previsto. En lo posible, concurre sin niños. En ocasiones terminarás comprando algo que no tenías planeado para complacer su pedido. Verifica las fechas de vencimiento de los productos. En algunos casos, evitarás regresar al supermercado para el canje. Trata de seleccionar el producto de acuerdo con la preparación que vas a realizar. Muchas veces no tienes que utilizar el de mayor precio para obtener el mismo resultado. Por ejemplo, las compotas de frutas frescas pueden prepararse con piezas de menor calidad y costo. Considera que los alimentos semiprocesados (verduras ralladas, picadas o rebanadas) son más costosos. Muchas veces esta tarea no requiere demasiado tiempo de preparación y estarás economizando. Recuerda retirar restos de alimentos de la vajilla y ollas antes de lavarlas, de esta forma ensuciarás menos el agua y se aprovechará mejor. Para el lavado de la vajilla, es conveniente colocar un tapón en la pileta y lavar primero con agua caliente y detergente lo que está menos sucio y engrasado (vasos) y luego lo que tiene mayor suciedad (ollas, sartenes y asaderas). Después hay que enjuagar con agua limpia y caliente.




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