Caminar todos los días tiene múltiples beneficios para la salud, física y mental, sobre todo al aire libre y en espacios verdes.
Mejora la resistencia cardiovascular, ayuda a mantener el peso corporal y reduce el riesgo de enfermedades como la diabetes tipo 2
Es una excelente manera de mejorar la calidad del sueño, disminuir los niveles de ansiedad y fortalecer el sistema inmunológico.
La Organización Mundial de la Salud (OMS), nos dice que una caminata diaria de 30 minutos reducir el riesgo de enfermedades crónicas
Los principales beneficios de caminar con regularidad son:
Mejora cardiovascular. Ayuda a mantener la presión arterial y los niveles de colesterol bajo control.
Control del peso. Contribuye a la quema de calorías.
Salud mental. Reduce el estrés y la ansiedad, mejorando el estado de ánimo general.
Mejora de la digestión. Caminar después de las comidas favorece la digestión y la absorción de nutrientes.
Fortalecimiento de músculos y huesos y prevención de la osteoporosis.
Es suficiente con caminar para mantenernos saludables?
El mantenernos saludables no se reduce únicamente a caminar 10 mil pasos al día. Es recomendable combinar la caminata con ejercicios de fuerza muscular al menos dos veces por semana para mejorar la resistencia y tonificar los músculos. Incluir diferentes tipos de ejercicios, como el yoga, el entrenamiento de fuerza y el ciclismo, contribuye a un mejor equilibrio físico y ayuda a prevenir lesiones.
La actividad física regular, sea caminar, hacer yoga o levantar pesas, debe ser parte de una rutina balanceada que se ajuste a cada individuo.
Por lo tanto aminar puede ser una excelente forma de mantenernos saludables, pero para aquellos que buscan perder peso o mejorar su estado físico, la caminata por sí sola no es suficiente. En ese caso es recomendable aumentar la intensidad de la actividad con trotes ligeros, ejercicios de resistencia o actividades que eleven el ritmo cardíaco de forma más considerable.
Es importante que cada persona encuentre su ritmo y cantidad adecuada de pasos. No todos tienen las mismas capacidades ni las mismas necesidades físicas. Si bien los 10 mil pasos pueden ser un objetivo motivador, no deben ser una meta inamovible. Escuchar al cuerpo, ajustarse a las propias necesidades y buscar el consejo de un profesional de la salud pueden ser estrategias más efectivas que seguir una cifra arbitraria.
Tec. Lorena Viera
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