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Cuidado y limpieza de la ropa para ahorrar dinero

El cuidado adecuado de la ropa no solo ayuda a prolongar la vida útil de nuestras prendas favoritas, sino que también nos permite ahorrar dinero a largo plazo. Con unos simples pasos y hábitos, podemos mantener nuestra ropa en buen estado, evitar la necesidad de reemplazarla con frecuencia y reducir el impacto ambiental. A continuación, te ofrecemos algunos consejos prácticos para el mantenimiento de la ropa que te ayudarán a asignar menos presupuesto a la vestimenta.


1. Leer las etiquetas de cuidado

Las etiquetas de cuidado en la ropa proporcionan información valiosa sobre cómo lavar, secar y planchar cada prenda. Seguir estas instrucciones específicas puede prevenir daños y desgaste prematuro. Asegurate de revisar las etiquetas antes de lavar cualquier prenda nueva. También es importante leer las etiquetas antes de comprar, por ejemplo, si una prenda requiere lavado en seco, deberá hacerse en la tintorería y será más caro que hacerlo en casa.



2. Separar la ropa por colores y tejidos

Para evitar que los colores se mezclen y los tejidos se dañen, es importante separar la ropa antes de lavarla. Lavá las prendas de colores oscuros por separado de las claras y separá las telas delicadas de las más resistentes. Esto evitará manchas y reducirá el riesgo de desgaste. Si alguna prenda destiñe o es nueva, se aconseja lavarla por separado.


Es preferible lavar y colgar las prendas al revés. El jabón y el sol incidirán menos sobre las fibras y se conservarán en mejor estado por más tiempo. Recordá también vaciar bolsillos, subir cierres y prender botones antes del lavado. Lavá las prendas según cuán sucias estén y utiliza el ciclo de lavado que corresponda. Hay prendas que se pueden centrifugar o que solo permiten un centrifugado suave. En la etiqueta se detalla este tipo de información. Sacá la ropa del lavarropas lo antes posible luego de terminado el ciclo. Evitarás que se formen arrugas y también ayudarás a conservar el aroma del lavado.


3. Utilizar detergentes adecuados

Elegir el detergente adecuado para cada tipo de ropa es esencial. En el mercado existen jabones para máquinas automáticas y para lavado a mano. Los detergentes para ropa delicada son ideales para prendas finas y lencería, mientras que los detergentes para ropa de color ayudan a mantener los colores vivos y evitar la decoloración. Utilizar la cantidad correcta de jabón también es importante para evitar residuos y mantener la ropa en buen estado.


En el lavado a mano se aconseja disolver el jabón en el agua a la temperatura apropiada antes de colocar la prenda y dejarla en remojo (según el tipo de tejido). Si el agua se ensucia demasiado, es ideal hacer otro lavado. Luego hay que enjuagar varias veces hasta que el agua salga limpia, y verter en el agua del último enjuague la medida indicada de suavizante. Después sumergir la prenda y dejar actuar durante unos minutos. No hay que enjuagar nuevamente; el suavizante ayudará a reconstituir las fibras luego del lavado.


4. Lavar con agua fría

Lavar la ropa con agua fría no solo ayuda a preservar los colores y tejidos, sino que también reduce el consumo de energía. La mayoría de las prendas se limpian eficazmente en agua fría, a excepción de las que requieren una limpieza más profunda, como sábanas y toallas.


5. Evitar la sobrecarga de la lavadora

No sobrecargues el lavarropa. Leé en el folleto la carga admitida y respetala. De lo contrario, la ropa quedará mal lavada, tendrás que repetir la tarea, y consumirás más energía y tiempo.



6. Cuida el secado

Al lavar a mano, no retuerzas las prendas delicadas para retirar el agua luego del lavado. Escurrí presionando suavemente para evitar que se deformen y, en lo posible, dejá secar de forma horizontal.


Los buzos o remeras que se deforman fácilmente se pueden colgar por debajo de las axilas y las camisas en perchas. Revisá que las perchas sean plásticas y no de madera para evitar que destiñan u oxiden.


Evitá el uso excesivo de la secadora ya que puede dañar las fibras de la ropa y causar encogimiento. Siempre que sea posible, secá la ropa al aire libre o en un tendedero. Si necesitás usar la secadora, optá por configuraciones de baja temperatura y tiempos de secado más cortos.


7. Planchar con atención

Planchar la ropa adecuadamente puede evitar daños y prolongar la vida de las prendas.

Previo al planchado, deberás seleccionar las prendas y comenzar con las que necesitan menos calor. Para ahorrar energía, tratá de planchar una cantidad importante cada vez. Las etiquetas también te indicarán si las prendas requieren planchado a vapor. Por otra parte, tené en cuenta que las telas humedecidas se planchan mejor. Ajustá la temperatura de la plancha según el tipo de tejido y utilizá una tabla de planchar limpia y bien acolchada. Para prendas delicadas, utiliza un paño húmedo entre la prenda y la plancha para proteger las fibras.

Una vez finalizado el planchado, se sugiere esperar antes de guardarlas para que se enfríen. Esto evitará que se arruguen nuevamente.


8. Reparar en lugar de reemplazar

Antes de desechar una prenda dañada, considerá si es posible repararla. Pequeños desgarros, botones sueltos y costuras descosidas pueden arreglarse fácilmente en casa o por una modista. Los colores desgastados en ocasiones se pueden volver a teñir con anilinas en frío y las pelotitas de los tejidos se pueden eliminar con un “quita pelusas”. Reparar la ropa no solo es más económico, sino que también ayuda a reducir el desperdicio.



9. Guardar la ropa correctamente

El almacenamiento adecuado de la ropa también es crucial para mantenerla en buen estado. Guardá las prendas en un lugar limpio y seco, lejos de la luz directa del sol y la humedad.


El espacio disponible determinará de qué forma se guarda cada prenda (colgada o doblada). De cualquier manera, te aconsejamos que guardes los buzos tejidos de forma horizontal y no colgados para evitar que se deformen y estiren. Las blusas o camisas de telas delicadas se pueden colgar en perchas forradas en goma espuma para evitar que se marquen en los hombros.


10. Ropa de calidad

Invertir en poca ropa de calidad en vez de muchas de una calidad inferior, es una forma de ahorrar dinero. Las prendas de mejor calidad tienden a durar más y resistir mejor el desgaste diario. Busca marcas y materiales conocidos por su durabilidad y resistencia.

Siguiendo estos consejos, no solo podrás mantener tu ropa en excelente estado por más tiempo, sino que también contribuirás a un consumo más responsable y sostenible. Al cuidar nuestras prendas, podemos reducir la necesidad de comprar ropa nueva con frecuencia, ahorrando dinero y disminuyendo nuestro impacto ambiental.


¡Empezá hoy mismo a implementar estos hábitos y disfrutá de los beneficios de un ropero bien cuidado y duradero!


Lic. Elizabeth Barcia

 
 
 

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