El yoga es una práctica que conecta el cuerpo, la respiración y la mente. Esta práctica utiliza posturas físicas, ejercicios de respiración y meditación para mejorar la salud general. Hoy en día, la mayoría de las personas que practican yoga lo hacen como ejercicio o para reducir el estrés.
Existen muchos tipos o estilos distintos de yoga. Estos varían desde leves a intensos. Algunos de los estilos más populares de yoga son:
Ashtanga o yoga de poder. Este tipo de yoga ofrece un ejercicio más exigente. En estas clases, usted se mueve rápidamente de una postura a otra.
Hatha yoga. En ocasiones, este se utiliza como un término general para el yoga. Normalmente incluye tanto respiración como posturas.
Integral. Un tipo suave de yoga que puede incluir ejercicios de respiración, cánticos y meditación.
Iyengar. Un estilo que pone mucha atención a la alineación precisa del cuerpo. También puede mantener las posturas por períodos prolongados de tiempo.
Kundalini. Enfatiza los efectos de la respiración sobre las posturas. El objetivo es liberar la energía de la parte inferior del cuerpo de manera que pueda trasladarse hacia arriba.
Viniyoga. Este estilo adapta posturas a las necesidades y habilidades de cada persona, y coordina la respiración y las posturas.
Quizá has escuchado ya sobre esto, “el tejido es el nuevo yoga”. Sin interferir con tus practicas habituales de ejercicio, el tejido, la pintura, el arte u otra actividad que se relacione con la creatividad te ayudaran de un modo u otro a bajar el ritmo. Forma parte del movimiento Hygge que enseña a bajar el ritmo haciendo un homenaje a la lentitud de nuestros modos diarios. Es el espacio para relajarnos y sentirnos útiles, todo al mismo tiempo.
Muchas personas han incorporado un nuevo entretenimiento a ese movimiento lento, acompasado y meditativo Tejer es un buen ejercicio de meditación. Tener un tejido a mano también nos ayuda a moderar la ansiedad al sentir que estamos aprovechando los “tiempos muertos”. Esos tejidos avanzan casi sin darnos cuenta. Si tenemos cerca nuestro “tejido para llevar” siempre aprovecharemos esos momentos. En el momento en que tomamos las agujas, de tejido o de crochet, nos conectamos con nosotros mismos. Dejamos el teléfono celular por un rato, junto con su bombardeo de imágenes, y nos dedicamos a mirar uno por uno los puntos que tejemos. Y nos concentramos en el momento presente.
Meditamos mientras hacemos un trabajo rítmico. Con cada pasada de lana, bajando la adrenalina de un día difícil Muchas personas ni siquiera lo intentan por auto percibirse poco hábiles para las manualidades, sin embargo, desde mi propia experiencia cómo
profesora de gimnasia puedo darte la certeza de que, si es posible, todos lo deberíamos intentar al menos una vez en nuestra vida, realmente es meditativo, despierta la creatividad, te baja a tierra, te concentras en el aquí y el ahora. Tejer para donar y regalar
Tejer es un verdadero acto de meditación. Ya sea que nos encontremos con un grupo de personas, en el ómnibus, en casa o en el consultorio del dentista. Tejer hace bien al cerebro, retrasa la aparición de varias enfermedades de deterioro mental y cognitivo
Tejer se puso de moda, es un motivo de reunión, de intercambio de ideas, de conversaciones, es una actividad fluida que no se circunscribe a nuestras abuelas sino a los jóvenes. Puedes crear tus propias prendas, o reutilizar prendas en desuso, y, por si fuera poco puedes practicar la compasión y la generosidad donando lo que tejes.
Cuida tu cuerpo practica ejercicio, pero también cuida tu mente.
Tec. Lorena Viera