El ejercicio físico tiene efectos muy positivos sobre la salud cerebral y está demostrado que puede ayudar a prevenir la pérdida de memoria y mejorar las funciones cognitivas en diversas etapas de la vida. Según un estudio reciente de la Universidad de California en Santa Bárbara, el ejercicio intenso, especialmente el entrenamiento por intervalos de alta intensidad (HIIT), se ha relacionado con mejoras significativas en la memoria y en el procesamiento de la información. Este tipo de ejercicio también contribuye al fortalecimiento de las funciones ejecutivas como la planificación y el control de impulsos.
Además, el ejercicio no solo mejora la memoria, sino que también tiene un impacto positivo en la salud cerebral al aumentar la producción de factores de crecimiento que favorecen la creación de nuevos vasos sanguíneos y la salud de las células cerebrales. Esto se debe a que las ráfagas de ejercicio, incluso si son de menos de 30 minutos, tienen efectos notables.
Otras actividades como el ciclismo, yoga, baile y taichí también han mostrado beneficios en la prevención del deterioro cognitivo. El ciclismo, por ejemplo, aumenta el flujo sanguíneo al cerebro, mejorando la memoria y las funciones cognitivas. El yoga, por su parte, no solo reduce el estrés, sino que también mejora la memoria, la concentración y la claridad mental. El baile, además de reducir el riesgo de demencia, promueve la socialización, un factor clave para mantener la salud cognitiva. Finalmente, el taichí se ha relacionado con mejoras en habilidades cognitivas y en la capacidad para realizar tareas simultáneas, especialmente en adultos mayores.
En resumen, tanto el ejercicio intenso como las actividades más suaves y de bajo impacto tienen un impacto.
Tec. Lorena Viera
Comments