Un préstamo es una operación financiera en la que una institución o persona (prestamista) entrega a otra institución o persona (prestataria) una cantidad fija de dinero en determinado momento, con la condición de que la segunda devuelva a la primera esa cantidad junto con los intereses pactados en un plazo determinado. La amortización (devolución) del préstamo puede hacerse al final del período pactado o a través de cuotas regulares (mensuales, trimestrales, semestrales), a lo largo de ese plazo. Los intereses se cobran sobre el total del dinero prestado.
Un crédito es una cantidad de dinero con un límite fijado que una institución pone a disposición de un cliente; generalmente, en una cuenta a su nombre. Puede usarla en su totalidad en un único momento o ir retirando de a poco la suma que tiene a disposición. La persona solo paga intereses por la parte efectivamente utilizada. Sin embargo, puede cobrarse además una comisión sobre el saldo no utilizado. A medida que la persona devuelve el dinero, podrá seguir disponiendo de más, sin sobrepasar el límite.
Los créditos también se conceden durante un plazo, pero, a diferencia de los préstamos, cuando el plazo se termina, pueden renovarse o ampliarse.
Los préstamos personales suelen ser más fáciles de obtener, por montos menores y tener mayor costo que los hipotecarios. Este costo se mide a través de la tasa de interés, que generalmente es mayor que la que se aplica a un préstamo hipotecario.
Los préstamos personales y al consumo sirven, por ejemplo, para comprar con financiación un automóvil, un electrodoméstico o cualquier otro bien o servicio. La institución financiera, para concederle uno, estudiará su capacidad de pago (le pedirá justificación de sus ingresos y declaración de bienes) y, normalmente, no le solicitará una garantía real, salvo en el caso de los automóviles, que se prendan a favor de la institución que presta. De todos modos, tenga en cuenta que, si no paga, se enfrentará a un embargo, y entonces tendrá que responder por el pago del préstamo con todos sus bienes.
El préstamo personal es un producto que le permite recibir una determinada cantidad de dinero (capital del préstamo) de la institución que presta (en Uruguay puede ser una cooperativa de ahorro y crédito, un banco, una empresa administradora de créditos o de servicios financieros) y, a cambio, usted se compromete a devolver dicha cantidad en cuotas junto con los intereses correspondientes.
Estos préstamos se conocen como préstamos personales debido a que generalmente, para concederlos, no se exige garantía específica que los respalde. De todos modos, tienen como garantía genérica los bienes presentes y futuros de la persona que recibe el préstamo, a quien, si no paga, se le puede trabar embargo.
Derechos del deudor Disponer del dinero del crédito -en el caso de que a usted se le haya concedido un crédito- a medida que lo vaya solicitando. La institución deberá proporcionárselo de acuerdo a lo previsto en el contrato, tanto sea en efectivo, en cheques o a través de retiros por medio de una tarjeta. Recibir el préstamo – en caso de que se le haya concedido un préstamo- en el momento acordado. Recibir una copia del documento del contrato. A que se le extienda un recibo por sus pagos. Obligaciones del deudor Realizar los pagos estipulados en el contrato: amortización, intereses y comisiones, en fecha. Devolver el importe solicitado, en la forma acordada cuando le concedieron un crédito. Pagar las cuotas periódicas según se haya concertado, en caso de que le hayan concedido un préstamo. Informar a la institución financiera la realidad de su situación económica y personal. Comunicar cambios de domicilio. Cumplir con lo establecido en el contrato cuando en el mismo se establezca que los fondos se destinarán a una finalidad concreta. No comprometer bienes particulares de su patrimonio sin consentimiento previo o no vender los bienes incluidos en el inventario sin autorización. Ejemplo: usted no podrá vender un auto prendado por la institución que le prestó para comprarlo. |
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Quisiera un credito