A la hora de tener una alimentación lo más saludable posible, no solo debemos pensar en la calidad o cantidad de los alimentos, sino también en que éstos no se contaminen con compuestos químicos o biológicos en nuestras cocinas.
Durante el almacenamiento como la cocción o la conservación pueden migrar partículas tóxicas a nuestros alimentos. Estas sustancias son contaminantes llamados disruptores endócrinos, es decir que actúan en el lugar de las hormonas y alteran su funcionamiento normal, causando daños en la salud.
Las sartenes, ollas y asaderas pueden tener este tipo de contaminantes en algunos materiales antiadherentes, por ejemplo, el ácido perfluorooctanoico (PFOA) que se usa para fijar el antiadherente al utensilio. Es peligroso cuando la capa antiadherente está en mal estado y queda expuesta la capa más profunda con PFOA, por esta razón, es importante siempre seguir las instrucciones del fabricante para su uso. Si tus sartenes u otros utensilios tienen el antiadherente deteriorado, llegó el momento de cambiarlos.
Existen sartenes de diversos materiales, pero ¿cuáles son los más seguros? Las mejores alternativas son las más resistentes que evitan mejor la migración de partículas a los alimentos.
Sartenes de acero inoxidable
Las de mejor calidad son de acero inoxidable 18/10, con 18% cromo y 10% níquel. Pueden o no tener un sobrefondo o multicapa de otro metal para distribuir mejor el calor. Pesan menos que las de hierro. Las sartenes de acero inoxidable no utilizan antiadherentes químicos ya que el material es antiadherente en sí mismo. Son excelentes para cocinar a intensidades altas, con el inconveniente que puede calentar desparejo y hay que revolver constantemente, para que los alimentos no se peguen. Es recomendable calentarlas bien antes de cada uso. Sirven para hacer rehogados, tortillas, salsas, etc. Son aptas para lavavajillas y fáciles de limpiar con agua, jabón y esponja suave. No necesitan cuidados especiales al guardarlas. Tienen larga vida ya que resisten el óxido, la corrosión y los alimentos ácidos.
Sartenes de hierro mineral
Tienen gran durabilidad si se las cuida correctamente. Son un poco más pesadas que las de acero inoxidable. Pueden utilizarse por ejemplo para hacer pescados, carne, huevos a la plancha, ya que tienen una antiadherencia un poco mayor y permite preparar alimentos con efecto grill o barbacoa. Retienen y distribuyen el calor de manera uniforme. No son aptas para lavavajillas. Necesitan un curado inicial y un tratamiento posterior a cada uso. Hay que secarlas bien y guardarlas con separadores para evitar que se oxiden.
Sartenes reforzadas con partículas de titanio
Tienen un antiadherente reforzado con partículas de titanio que aumenta su resistencia. Su tecnología multicapa permite distribuir el calor de manera homogénea. Tienden a ser ligeramente más pesadas que el resto. Son duraderas.
Otras opciones como las sartenes de aluminio no son las más seguras, aunque se trata de un material liviano y excelente conductor del calor, se raya fácilmente y puede exponer partículas contaminantes del mismo o del cuerpo del utensilio.
Los contaminantes químicos pueden afectarnos por la cantidad y el tiempo de exposición. Aunque la cantidad de un contaminante por separado esté dentro de un rango seguro, hay que contar la sumatoria de otros productos que también se utilizan, que sí puede superar la cantidad máxima admisible. Por lo tanto, reducir la cantidad de productos a los que estamos expuestos, por ejemplo, eligiendo una nueva sartén más segura, es importante.
Lic. en Nutrición Elizabeth Barcia
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