Con un programa de acción solidaria que asistió a más de 45.000 personas y medidas financieras enfocadas en la gente, FUCAC posiciona, una vez más, el valor de ser una cooperativa.
De manera muy temprana a lo que fue el comienzo de la emergencia sanitaria, el 19 de marzo, FUCAC comunica a los socios que dispone la postergación voluntaria y sin costo de las cuotas por tres meses al final del crédito. Esa fue la primera medida, una señal de que acompañaría la preocupación de la gente en un marco de mucha incertidumbre. En la misma dirección, resolvió que los nuevos préstamos y renovaciones se otorgaran con hasta dos meses de gracia, decisión que se complementaría semanas siguientes con la baja a la mitad de las tasas de interés de tarjetas de crédito y la ampliación del programa de protección de socios que atiende con quitas especiales a situaciones de alta vulnerabilidad.
“Somos una cooperativa”, manifiesta su Gerente General, Javier Pí. Y aunque para algunos el término cooperativa puede asociarse a empresas no competitivas, en el caso de FUCAC, es la administradora de crédito más eficiente del mercado, la de mayor grado de capitalización, la de mayor cobertura de riesgos. Tiene una excelente calificación de riesgo, audita su desempeño social, financiero y ambiental, la autoexigencia es mucho mayor justamente porque no posee dueños en el exterior como la mayoría de las financieras.
Pocas entidades financieras hicieron un aporte tan grande que implique una baja de ingresos de más del 50%, y de la rentabilidad del año en un 20%, en suma un impacto de más de diez millones de dólares. En un contexto en el que era difícil proyectar el resultado de la gestión, porque seguramente habría menor demanda de crédito y mayor morosidad. Entendió que había que hacerlo, por responsabilidad hacia los socios, los 300.000 usuarios que operan en FUCAC. Poner el foco en beneficiar a la gente es la diferencia cooperativa que siempre ha postulado.
“Comenzamos el 2020 con la idea de hacer un proyecto de educación ambiental y debido a la emergencia sanitaria, en pocas semanas cambiamos todo, porque cambiaron las prioridades. Estaba claro desde marzo que iba a llegar una crisis económica que afectaría a muchas familias, y quisimos colaborar para que en lo posible, no se transformara en crisis alimentaria”.
Sensación que dio origen a la Movida Verde. Un desafío que comenzó a organizarse el 23 de marzo e inmediatamente, en abril, estaba en funcionamiento, entregando cajas con alimentos, primero en el interior, luego en Montevideo. Se donaron alimentos para más de dos millones de platos de comida y 200 mil meriendas en 54 barrios, alcanzando a más de 45.000 personas, a través de 155 organizaciones como iglesias, cooperativas, sindicatos, asociaciones civiles, organizaciones barriales, entre otras.
Si bien involucró a la cooperativa en general, estuvo guiada por los colaboradores de Fundación FUCAC. Un proyecto de animación socio-cultural que comenzó en 2010 y sigue creciendo cada año, en 2019 tuvo 2258 actividades, con 105 mil participantes. Se financia con el 10% de los excedentes de la cooperativa y genera un movimiento enorme de personas de todas las edades, en recitales, charlas, cursos y reuniones.
A pesar de haber cerrado las actividades presenciales desde marzo, se transmitieron a través de su canal FUCAC.TV, acompañando a los socios de todo el país con actividades diarias, desde consejos para la salud y nutrición, clases de pilates y tango, hasta educación financiera, manualidades e historia.
Nota publicada por el portal InfoNegocios
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